Los makers quieren cambiar el mundo a través de la tecnología: creándola y compartiéndola para que sea accesible y cercana a todos, para que la gente la entienda y la utilice. Utilizan la tecnología como medio para conseguir un mundo más justo y más honesto. Un mundo que una a las personas y rompa las barreras de la distancia y de la comunicación.
¿Qué es la economía colaborativa? Economía colaborativa son todas aquellas actividades que tradicionalmente se han realizado en los círculos cercanos, con familiares, amigos y conocidos y que ahora, gracias a la tecnología y a los sistemas de confianza, podemos hacer con desconocidos. Compartir casa y coche con gente que jamás habías visto antes es una opción cada vez más generalizada. Pero no todo en la economía colaborativa es alojamiento y transporte. Toca descubrir uno de los sectores menos conocidos y que mayor impacto tiene: los makers.
Descubriendo el movimiento maker
El movimiento maker pretende construir redes de colaboración que, haciendo uso de herramientas comunes en un espacio compartido, crean proyectos sostenibles y abiertos de una manera diferente.
Pero no es algo tan nuevo, ya hace 10 años del primer Maker Faire, el festival que une a los artesanos digitales de todo el mundo. Solo el año pasado se celebraron 150 eventos y al menos 4 fueron en España.
Estados Unidos es el país con mayor tradición en cultura maker. Allí, en el MIT, se creó el prime Fab Lab, que ahora es una red global y cooperativa de laboratorios de fabricación que proporcionan acceso abierto a medios modernos de invención.
5 pilares para un cambio de paradigma
Estas son las 5 características que hacen que los makers estén creando un cambio de paradigma a nivel social y económico:
1. Conocimiento abierto
El hardware libre ha sido una de las palancas sobre las que estos movimientos han comenzado a popularizarse en cualquier rincón del mundo. Mientras la industria de hardware tradicional se basa en el valor de sus patentes, los creadores de hardware libre establecen los parámetros de fabricación de dispositivos físicos y los liberan para que estén disponibles para toda la comunidad de desarrolladores.
2. Cultura colaborativa
No hay makers sin colaboración entre los miembros del movimiento. Compartir herramientas y conocimiento, como hemos visto en el apartado anterior, son las bases en las que se sustenta este movimiento. Actualmente vemos cómo ya hay empresas que están adoptando este tipo de cultura, creando espacios más abiertos y favoreciendo así la comunicación y colaboración entre sus miembros.
3. Producción descentralizada
Los makerspace son lugares a los que cualquier persona tiene acceso para poder utilizar herramientas hasta ahora impensables; las impresoras 3D, las fresadoras, los láseres, están a nuestra disposición para poder hacer uso de ellos y fabricar lo que hasta ahora estaba pensado únicamente para la industria tradicional.
Ya no es necesario hacer pedidos a grandes empresas. Ahora tan sólo es necesario diseñar y producir de manera distribuida, convirtiéndose cada ciudadano en un agente productivo y creativo en potencia. La desintermediación, característica de la economía colaborativa, toma aquí fuerza en el mundo offline.
4. Contacto centralizado e inclusivo
Así como hablamos de descentralización y desintermediación en cuanto a producción se refiere, los makerspaces suponen una “centralización humana”: un reencuentro con las personas para trabajar de manera conjunta e inclusiva, estando abiertos a cualquiera con inquietudes productivas e inventivas y gusto por lo abierto y compartido. Estos espacios se convierten en lugar de creación procomún, basado en lo de todos, para todos y hecho por todos.
5. Innovación
Todo esto conlleva una corriente de innovación al servicio de la ciudadanía. El uso de herramientas cada vez más avanzadas, cuya creación se basa en las necesidades personales, unido a la puesta en común de problemas y posibles soluciones al alcance de todos; permiten la obtención de una innovación humana, que busca el bien común y una sociedad, como comentábamos al principio, más justa y más honesta.
Por Pako Rodríguez
Foto de Stefano Borghi bajo licencia BY SA NC