Por Fundación Vida Sostenible
Basta con dar una vuelta por cualquier calle para caer en la cuenta de la cantidad enorme de residuos que produce nuestro estilo de vida. Y lo malo no es solo producir residuos, sino no saber que hacer con ellos.
Por ejemplo, tirar a un mismo cubo (el de “restos”) verduras y mondas de frutas junto con vasos rotos, guantes de goma y trapos usados. El resultado final es un montón de basura inútil que habrá que enterrar o quemar. En cambio, si pudiéramos colocar los restos vegetales bien separados en un compostador, en nuestra propia casa, podríamos producir un valioso abono orgánico. Este es un ejemplo de economía circular.
La economía de la naturaleza
La economía circular es la manera que tiene nuestra sociedad de volver a la economía de la naturaleza, que no produce basura inútil, sino que transforma unas materias valiosas en otras en círculos que giran de manera incesante. Últimamente nos hemos convertido en una sociedad lineal, que funciona como un tubo de chimenea, fabricando y distribuyendo toda clase de materiales que terminan convirtiéndose en residuos, inútiles para la economía y muy costosos de tratar.
El ejemplo de arriba del compost es una muestra de un círculo pequeño de reciclaje. Hay muchos otros círculos, siendo uno muy conocido el de los contenedores azules, amarillo y verdes de recogida de papel y cartón, envases ligeros y vidrio. En este caso el círculo de recuperación y reciclaje es bastante extenso (nuestra casa - contenedor - centro de tratamiento - fábrica - distribución - nuestra casa) pero ofrece posibilidades de cerrar el circuito. Es mucho mejor que el sistema de tirar residuos mezclados, muy difíciles de separar y aprovechar. Pero hay un sistema mejor todavía.
El sistema de devolver el casco es todavía mejor que el de contenedor porque obtiene resultados con un circuito más pequeño, el que hay desde la tienda a nuestra casa y desde nuestra casa a la tienda. Nos ahorramos el largo viaje desde casa al contenedor, la planta de tratamiento de residuos, la fábrica, y otra vez la tienda y nuestra casa. La realidad no es tan fácil (por ejemplo, las latas no se pueden reutilizar directamente) pero da una idea de las ventajas de la devolución y retorno.
Esa es la clave principal de la economía circular: circuitos de materiales cada vez más pequeños. Aunque lamentablemente no es lo normal: actualmente se envían residuos por barco a viajes de miles de kilómetros, algunos circuitos de materiales abarcan el planeta entero. Se puede comparar esta insostenible situación con un bosque, donde las hojas caídas de un árbol se reciclan in situ en mantillo y suelo del bosque, de donde se alimentará el árbol para producir más hojas, y todo ocurre en dos o tres metros de distancia.
¿Qué puedes hacer tú por la economía circular?
¿Y nosotros, en nuestra vida cotidiana? ¿Podemos hacer algo por la economía circular? La verdad es que sí, ahí van algunas sugerencias.
1. No comprar a no ser que sea realmente necesario. En su lugar, alquilar, pedir prestado y usar. En este caso ni siquiera se produce ningún residuo. Por ejemplo, si necesitamos desplazarnos, hacemos un trayecto en coche eléctrico compartido y lo dejamos aparcado para que lo use el siguiente usuario. Se ha calculado que generalizar un sistema así evitaría la producción de muchos millones de coches que terminarán formando montañas de chatarra. Esto también se puede aplicar a artículos que vas a usar esporádicamente.
2. Antes de tirar algo a la basura, pensarlo dos veces, especialmente si se trata de muebles, aparatos varios, menaje del hogar, etc. Casi siempre hay posibilidades de repararlo, tunearlo mediante el reciclaje creativo o simplemente regalárselo a alguien para quien le sea útil. Incluso puedes hacer compost en casa, es más fácil de lo que parece.
3. Devolver los artículos usados en la tienda donde los compraste. Muchas tiendas y supermercados no van a admitir que les llevemos botellas y latas vacías, pero algunas marcas de ropa, muebles y otros artículos admiten que devuelvas en la tienda artículos que compraste allí en su día, y te dan una gratificación a cambio. No olvides que ciertos residuos, por ley, debes devolverlos en la tienda donde los compraste, por ejemplo los medicamentos caducados debes entregarlos en cualquier farmacia.
4. Comprar cercano mejor que comprar lejano siempre que puedas. Por ejemplo en materia de alimentos frescos. Así como elegir empaquetados ligeros a envases complejos.
5. Y si tienes un residuo que puedes colocar, no olvides llevarlo a su contenedor correspondiente: esto se aplica a toda clase de artículos, desde pilas a periódicos viejos.