Cuando pensamos en manglares, lo primero que nos viene a la cabeza son los característicos árboles con ramas delgadas y retorcidas en medio de una playa, río u cuerpo de agua. Sin embargo, el término manglares hace referencia no solo a estos maravillosos árboles sino al ecosistema en su totalidad.
Ubicados en zonas tropicales y subtropicales, los manglares ocupan 15.2 millones de hectáreas en 123 países. Se caracterizan por gozar de una estructura única y especial capacidad adaptativa que permite que crezcan en aguas dulces y saladas. Se dice que son las puertas que conectan las aguas dulces con saladas y que, al igual que los corales, aportan cientos de beneficios y servicios al medioambiente y la sociedad.
Pero ¿por qué son vitales? ¿Qué pasaría si no existieran manglares?
Biodiversidad: hogar de cientos de especies
Según el Informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), los manglares son una importante fuente de biodiversidad. Albergan cientos de especies de peces, aves, reptiles, anfibios, mamíferos y crustáceos. De hecho, se conoce que alrededor de 600 especies de peces habitan en ellos.
Su particular estructura, permite que las diferentes especies los utilicen como hábitat. Así, cohabitan en el dosel, las ramas y raíces de apoyo. Además, son fuente orgánica e inorgánica que sostiene la cadena alimenticia: sus hojas sirven de alimento para peces más pequeños que luego son comidos por peces de mayor tamaño.
Por la forma de sus ramas, protege a gran cantidad de organismos en sus troncos, tales como bacterias y hongos, que intervienen en la descomposición e incluso transforman materiales tóxicos en azufre o sulfuro, purificando el agua que llega al mar.
Economía local
Millones de personas se han asentado a lo largo de cientos de años en los alrededores de estos ecosistemas. En este sentido, se han convertido en la principal fuente de aprovisionamiento para las familias locales y el resto de comunidades a nivel mundial.
Uno de los principales beneficios está relacionado con la madera del manglar, Al ser resistente a las termitas, ha sido utilizada como recurso material de construcción de casas resistentes. Además, es muy preciada para la construcción de barcos y muelles debido a su densidad y resistencia a la putrefacción.
Las ramas y plantas tienen una amplia utilidad a nivel medicinal. Las ramas tienen poderes curativos que sirven para la cicatrización de heridas, el alivio de muelas y los dolores estomacales. Las antiguas tribus que poblaban las zonas de manglares usaban la infusión de corteza para reducir cuadros febriles en niños y adultos.
Por otra parte, su amplia biodiversidad, los convierte en una da las fuentes más importantes para la pesca familiar y de gran escala.
Sin embargo, como consecuencia de sus beneficios, los manglares están siendo sobrexplotados a gran escala, lo que está llevando a su propia destrucción. En este sentido, organizaciones medioambientales como Word Wide Fun buscan promover un aprovechamiento responsable y amigable de los recursos.
Muros protectores
Los manglares son el único ecosistema que sirven de muro protector para las personas que habitan en sus alrededores. Ante huracanes y tifones, las comunidades que habitan cerca de manglares sufren menores daños que aquellas zonas costeras que no gozan de esta vegetación extraordinaria.
Por su estructura, atrapan sedimentos que flotan en los ríos y de la tierra. Esto ayuda a estabilizar las líneas costeras y previene la erosión de las olas y las tormentas.
En el informe, elaborado por el World Bank Group, expertos del Banco Mundial y de la organización The Nature Conservancy señala, que la altura de las olas se puede reducir entre un 13% y un 66% cuando existe un cinturón de manglares de 100 metros de ancho; y si este tiene 500 metros de ancho, el tamaño de las olas disminuiría entre 50 y 100%.
Pieza clave la lucha por el cambio climático
Las particulares características de los manglares han convertido a estos ecosistemas en una pieza clave para el cambio climático. En primer lugar, su adaptabilidad a los estados de inundación, puede suponer una solución indispensable para la protección de algunas zonas. Existen proyectos que están explorando la posibilidad de paliar los efectos de las inundaciones mediante la plantación y gestión de bosques de manglar, implicando además a las poblaciones locales en esa gestión de los cinturones verdes que pueden garantizar su protección.
Además, los manglares son importantes fuentes de almacenamiento de Dióxido de Carbono. Los manglares toman el dióxido de carbono del aire para convertirlo en carbono orgánico. Estos bosques son altamente productivos he incluso, se estima que absorben 100 veces más que un bosque normal, por lo que son más productivos. Según los expertos, los manglares capturan y almacenan 34 millones de toneladas de carbono a nivel mundial, por ello, se les considera una pieza clave para reducir la huella de carbono en la actualidad.
En los últimos años, estos ecosistemas han sufrido consecuencias gracias a una mala gestión y preservación. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, los manglares están amenazados por el desarrollo costero sin planificación, la tala y deforestación indiscriminada, la acuicultura sin controles, entre otros peligros como vertidos petroleros o la desecación.
Las pérdidas que supondría la desaparición de los manglares aún no han sido calculadas, pero, con una riqueza medioambiental de tales magnitudes, su extinción impactaría a todas las áreas de la vida.