Cómo utilizar tu nevera de forma eficiente y sostenible

20/10/2017

Demos Vida

¿Tu nevera es un caos? ¿No sabes cómo organizarla? ¿Quieres hacer un uso sostenible de ella? A continuación te damos algunos consejos para que puedas hacer frente a este problema tan común y poner orden dentro de tu cocina de una forma sencilla, eficaz y sostenible.

Si queremos empezar de cero en esta tarea, el primer paso será sacar todos los alimentos que tengas dentro para limpiar la nevera de arriba a abajo. Este punto es imprescindible para la renovación del aire y, por consiguiente, la buena conservación de los alimentos.

 

Cada alimento en su lugar

Una vez que tengas la nevera limpia, hay que organizar los productos dentro de ella. La disposición no solo es un aspecto importante desde el punto de vista estético, si no también funcional. El orden y la colocación de los productos según la temperatura o los espacios también favorecen la vida de los alimentos.

En primer lugar, la nevera deberá tener una temperatura de entre 0 y 5 grados. Si compramos carne o pescado estos deben mantenerse en la parte más baja de la nevera. Por su parte, los lácteos necesitan más temperatura, por ello es aconsejable ubicarlos en la parte central del frigorífico. En el caso de la fruta, ésta puede ir en los cajones, aunque no todas se conservan de la misma manera. Por ejemplo, las fresas necesitan más frío. En cambio, hay otras como los plátanos, las naranjas o los limones que se conservan mejor a temperatura ambiente.

 

Conservación eficiente de alimentos

Según pone de manifiesto el “Informe sobre el hambre en el mundo de la FAO”, la pérdida de alimentos, en regiones desarrolladas como Europa, desde su origen hasta la llegada a las tiendas, es de tan sólo un 3% gracias al uso de soluciones de envasado adecuadas; sin embargo, en países en desarrollo, donde la disponibilidad de alimentos es un asunto crítico, esta pérdida aumenta hasta el 40%.

Gracias, por ejemplo, a los envases de plástico evitaremos que se estropeen una mayor cantidad de alimentos. Desde los panecillos prehorneados, hasta la carne protegida por filmes con barreras de oxígeno, la comida se mantiene fresca durante más tiempo. Por ejemplo, la carne de ternera aumenta su duración de cinco a diez días gracias a los embalajes plásticos; y tan sólo un gramo y medio de filme plástico mantiene un pepino fresco durante 14 días. Además, los recipientes plásticos, los conocidos ‘tuppers’, contribuyen de forma decisiva al ahorro energético, por su alta eficiencia tanto en su fabricación como en su uso.

En definitiva, según el Estudio de Denkstatt, los envases plásticos ahorran más energía que los envases de cualquier otro material posible, cuya utilización haría crecer el consumo de energía y la emisión de gases de efecto invernadero. La cantidad de envase necesaria para envasar 1 kg. de producto es 4 veces más ligera cuando se hace de materia plástica en vez de otro material alternativo. Si sustituyéramos los envases plásticos por otros materiales el peso se cuadriplicaría, se doblaría el consumo de energía y la emisión de gases de efecto invernadero se triplicaría.

Y además de todo esto, ¿sabías que los envases de plástico conservan su valor incluso cuando llegan al final de su vida útil? Los envases plásticos no dañan el medio ambiente si se eliminan adecuadamente. Pueden reciclarse y transformarse en nuevos productos, o recuperarse como energía para reducir el consumo de combustibles fósiles, protegiendo el medio ambiente al mismo tiempo.

 

La nevera también puede ahorrar energía

El frigorífico es uno de los electrodomésticos que más consumen y esto bien se refleja en la factura de la luz. Por lo tanto, hay que hacer un uso inteligente, tanto si lo utilizamos como si no.

Cuando no hagamos uso de él, el frigorífico debe reposar a una temperatura interior, según la Organización de Consumidores y Usuario (OCU), de 5ºC en el frigorífico, y de -18ºC en el congelador, siendo estos parámetros suficientes para conservar la mayoría de los alimentos. Si la temperatura es superior, podría ayudar a la aparición de microorganismos.

Pero una nevera no es solo la parte delantera, sino que también la trasera, por donde respira. Según Twenergy, para una buena circulación del aire es necesario que esté separada unos cinco centímetros de la pared, así evitaremos que el motor haga un esfuerzo extra. Por otra parte, también es importante que esté lejos de focos de calor o de la luz solar directa. Y es que, a diferencia de otros electrodomésticos, sus prestaciones dependerán del lugar donde la coloquemos.

Ahora que sabes estos pequeños trucos, es el momento que te enfrentes a tu nevera para contribuir a una gestión de los recursos naturales mucho más sostenible. ¿Te animas?

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