Cómo el chocolate y el café ponen en jaque a los bosques

09/06/2021

Medio Ambiente Demos Vida

Tras su rico sabor y reconfortantes tonos marrones, estos dos alimentos –especialmente codiciados y deseados en Occidente– arrastran una larga sombra de destrucción forestal en las regiones tropicales del planeta, que se alarga aún más con el aumento de la demanda global.

  • Los hábitos alimenticios de un occidental medio provocan la pérdida de cuatro árboles al año por persona.
  • Un estudio de Mighty Earth concluye que el cultivo de cacao amenaza las regiones forestales de Asia y el Amazonas.

 

Entre los múltiples alimentos alabados por la ciencia por sus beneficios para la salud están siempre el café y el chocolate. Al consumo moderado del primero, dicen desde Harvard, se le atribuyen bondades como una menor presión arterial, un peso saludable y un menor riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares o diabetes de tipo 2 entre otras. El segundo, siempre que sea negro y sin azúcar, se relaciona con beneficios para la función cerebral, según apunta la prestigiosa universidad. Estos dos alimentos son también de esos que generan verdadera pasión entre la población. Y lo demuestran los datos de sus mercados, que crecen significativamente cada año y se miden en miles de millones de dólares anuales: el del café asciende a los 22.440 millones; y el del chocolate, a los 44.350 millones de dólares. Y se espera que sigan creciendo como la espuma. Sin embargo, estos deliciosos manjares tienen una cara B en la que nadie piensa al llevárselos a la boca. 

 

Un reciente estudio publicado en la revista científica Nature Ecology and Evolution asegura que los hábitos alimenticios occidentales provocan una gran pérdida de árboles al año, y el café y el chocolate parecen ser grandes responsables. Keiichiro Kanemoto y Nguyen Hoang, expertos del Instituto de Investigación para la Humanidad y la Naturaleza (Japón) y autores de la investigación, recopilaron información publicada anteriormente con respecto a la deforestación de los principales bosques del planeta y analizaron el impacto que generan los diferentes países occidentales en la pérdida del arbolado. 

 

El estudio apunta que el consumo de bienes como el chocolate, el café, la soja o la carne de los países miembros del G7 (Reino Unido, Japón, Alemania, Francia, Italia, Canadá y Estados Unidos) supone la pérdida de cuatro árboles al año por persona. Y más del 90% de esta huella de deforestación no ocurre en estos países, sino en aquellos donde se producen este tipo de víveres, que son precisamente aquellos donde suelen estar los grandes bosques del planeta (es decir, en el trópico). 

 

La investigación revela también, a modo de ejemplo, algunos de los vínculos directos entre los mayores consumidores de determinados alimentos y el lugar de procedencia de estos productos. Por ejemplo, el consumo de chocolate en el Reino Unido y Alemania produce deforestación en Costa de Marfil y Ghana. La ingesta de café en Alemania, Italia y Estados Unidos tiene consecuencias, principalmente, en Vietnam. La carne y la soja que consumen en Estados Unidos, la Unión Europea y China afecta directamente a los bosques brasileños…
 

No es la primera vez que se dice que la agricultura tiene grandes repercusiones sobre la salud de los bosques y, por ende, del resto del planeta. Para Greenpeace, la expansión agrícola y ganadera es –junto a la explotación maderera, la minera o la petrolífera– la gran responsable de la deforestación y degradación de los bosques primarios. Además, otros estudios y organizaciones ecologistas también han señalado directamente a estos manjares (el café y el chocolate) como culpables. Así lo hizo Mighty Earth con su informe El secreto más oscuro del chocolate, en el que se revela cómo el cacao supone una verdadera amenaza para las regiones forestales de Asia y el Amazonas. 

 

Según estas organizaciones, pese a la gravedad del problema, aún estamos a tiempo de ponerle remedio. Eso sí, para ello es necesario priorizar la protección de estos ecosistemas, que las empresas que operan en estas zonas lo hagan de manera responsable y que los consumidores compremos de una manera más consciente y sostenible. Respecto a esto, los autores japoneses tienen algo que decir: desde su punto de vista es necesaria una mayor regulación del comercio mundial para evitar la desaparición de los bosques tropicales. 

 

Además, el estudio cuenta con una combinación de datos sobre la pérdida de los bosques, las industrias que lo provocan y con quién han tenido sus relaciones comerciales a nivel internacional a lo largo de 14 años (entre 2001 y 2015). Todo ello se ve reflejado, también, en una serie de mapas detallados en los que se pueden observar las zonas más perjudicadas, los tipos de cultivos que producen la deforestación y los países que mayor responsabilidad tienen por su alto consumo de este tipo de productos. Algo que, para Nguyen Hoang, uno de los investigadores del estudio, es clave para ayudar a orientar las acciones para detener la deforestación: «Los legisladores y las empresas pueden hacerse una idea de qué cadenas de suministro están provocando la deforestación. Así, pueden centrarse en esas cadenas de suministro para encontrar los problemas y soluciones específicos», concluye.

Por Manuela Sanoja. 

 

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