Cuando realizamos reformas en nuestros hogares una de las cosas que tenemos que pensar es la gestión posterior de los residuos. Existen materiales que podemos reciclar a través de los contenedores habituales, pero, hay algunos que tenemos que gestionar por otros canales, como los cartuchos de impresora o las bombillas, para su adecuado tratamiento.
Uno de las primeras cosas que se nos viene a la mente cuando hablamos de reformas es pintar. Habitualmente, los botes de pintura se fabrican con hojalata, un metal que al fundirse recupera todas sus propiedades y puede reutilizarse ilimitadamente al ser reciclado. La hojalata puede ser reciclada en el contenedor amarillo. Sin embargo, en el caso de los botes de pintura, al contener materiales que pueden ser tóxicos, tienen que ser gestionados de manera especial y no se deben verter en drenajes o basuras comunes. Por esto, es importante su correcto reciclado. Toma nota:
1. Optimiza cantidades
Lo primero a tener en cuenta a la hora de utilizar pintura es tener claro la cantidad de pintura que necesitamos ya que así ayudamos a generar menos residuos peligrosos. Si utilizamos pintura de látex, podemos conservar el material restante y utilizarlo como base para próximas veces.
2. Dona lo que te sobre
Una buena idea a la hora de reciclar es buscar a algún amigo que pueda sacar provecho de ello. Si no conoces a nadie que pueda utilizarlo, puedes llevarlo a un teatro o escuela de arte.
3. Revisa las etiquetas
Como mencionamos antes, a pesar de que los botes de pintura están hechos de hojalata, los restos imposibilitan su reciclado a través del contenedor amarillo. Antes de gestionar su reciclado, tenemos que poner atención al etiquetado, si tiene signos de peligrosidad, y no podemos reutilizarlo, hay que llevarlo al Punto Limpio más cercano o llamar para informarte sobre el lugar en el que debes depositarlos. Por otro lado, cuando no presentan estas etiquetas, podemos gestionarlo a través del contenedor gris. Eso sí, es recomendable primero dejar secar la pintura con arena de gatos, papel o incluso comprando un producto para el secado.
4. Da rienda suelta a tu imaginación
Si te encuentras con botes vacíos, puedes plantearte darles una segunda vida, las posibilidades son infinitas, y el límite es la imaginación. Por ejemplo, puedes utilizarlas para hacer farolillos para decorar tu casa, mesetas para hacer tu propio huerto, hacer tus propios organizadores, una percha para la ropa o utilizarlos para realizar un cuadro.