Por JOSE LUIS BORAU JORDÁN
Arquitecto. Director del Área de Arquitectura, Urbanismo y Transporte. ILUNION Tecnología y Accesibilidad
La vivienda es el espacio fundamental en la vida de las personas y debe garantizar todas las condiciones de autonomía, seguridad, dignidad, confort y preferencias personales de quienes la habitan. Algunos detalles que “casi no se ven” pero que suponen importantes barreras para algunas personas.
En nuestra vivienda pintamos las paredes del dormitorio según nos apetece o agrada, graduamos la calefacción o el aire acondicionado según seamos más o menos frioleros o calurosos, nos gusta despertarnos con las persianas cerradas o totalmente recogidas... Al final, planteamos y definimos nuestro hogar según nuestras apetencias, gustos y necesidades.
En el caso de las personas con discapacidad, las características de la vivienda cobran especial importancia. Deambular por la vivienda, manipular objetos y mecanismos, localizar estancias y elementos en la vivienda o comunicarse con el exterior, son acciones que todas las personas realizan en sus hogares de forma casi mecánica, pero en el caso de las personas con discapacidad o necesidades especiales pueden suponer una barrera importante si la vivienda no es accesible.
En este sentido, el acceso al portal, las escaleras interiores, la falta de ascensor en el interior que comunique las diferentes plantas o la entrada a algunas zonas comunes son algunos puntos críticos en materia de accesibilidad en las viviendas, por ejemplo.
Obstáculos que pasan desapercibidos
Pero es en el interior de la vivienda donde pueden aparecer multitud de pequeños detalles que, para algunas personas, pueden suponer un enorme obstáculo que a los ojos de cualquiera no parecen tales:
- La anchura de las puertas de la vivienda: Deben asegurar siempre el paso libre mínimo de 80 cm que permita el paso de una silla de ruedas, o de una persona con andador. En este sentido, es importante cerciorarse de que el propio grueso de la hoja de la puerta, una vez abatida, no disminuya esa anchura de paso de la puerta.
- La ubicación de elementos como interruptores, tomas de corriente y consolas de gestión de instalaciones. Deben ser fácilmente detectables y localizables por personas con algún tipo de limitación visual.
- Elementos como alfombras, felpudos, cables, deben estar fijados al suelo mediante cinta adhesiva de doble cara, por ejemplo, con el fin de evitar accidentes por tropiezos con elementos sueltos.
- Las cocinas deben permitir el accionamiento de los diferentes mecanismos mediante la instalación de adaptaciones que favorezcan el uso de los mismos. Es necesario crear zonas que permitan la aproximación frontal a la encimera a personas que utilizan silla de ruedas, permitiendo colocarse con sus piernas bajo el plano de trabajo para realizar las diferentes acciones. La colocación de aparatos y tomas de corriente/interruptores, será fundamental para permitir el alcance y activación desde la posición sentada.
- Los aseos son zonas que deben ajustarse en detalle al máximo a las preferencias del usuario. Dependerá de sus necesidades la instalación de diferentes aparatos y productos de apoyo que favorezcan las actividades higiénicas en el cuarto de baño, como duchas enrasadas, barras de transferencia, silla de ducha, lavabo regulable en altura, grifería ergonómica,... Los aseos son espacios que normalmente disponen de escasas dimensiones para llevar a cabo bastantes maniobras, por lo que realizarlas con algún tipo de limitación en la movilidad será mucho más complicado si no se dispone de adaptaciones adecuadas.
Las repercusiones de la falta de accesibilidad en la vivienda permanecen en parte invisibilizadas y silenciadas por pertenecer a un ámbito considerado como privado. Sin embargo, muchas personas son prisioneras en sus casas, con graves consecuencias para el desarrollo de sus propias vidas.
El problema de la accesibilidad en la vivienda tiene un gran impacto a nivel social, económico y político que merece la pena abordar para poder planificar correctamente el futuro. Instalar y cumplir el principio de Accesibilidad Universal garantiza la autonomía, la seguridad y la dignidad, no solo de las personas que la habitan, sino también de aquellas que la visitan.