En pleno corazón de Nueva York hay un edificio histórico que se cuela entre las fotos de todos los turistas: el Empire State Building. Uno de los edificios más emblemáticos del mundo que, en los últimos años ha conseguido grandes avances en materia de eficiencia energética.
Desde su construcción, en el año 1931, el Empire State Building ha sido uno de los referentes de liderazgo en el mundo. Y es que, no solo ha sido el edificio más alto del mundo durante más de cuatro décadas (1931-1972) sino que además en 2011 se convirtió en el edificio más alto en conseguir la certificación Leadership in Energy and Environmental Design (LEED) otorgada por el U.S. Green Building Council (USGBC).
Esto lo consiguió gracias a la implementación de algunas medidas que han conseguido convertir al Empire State Building en uno de los ejemplos a seguir al reducir el gasto energético en un 40%, con un ahorro de más de 4 millones de dólares anuales.
¿Dónde se centraron estas mejoras?
- Acristalamientos: Se modificó el aislamiento de las más de 6.500 ventanas, incluyendo film reflectante y gas aislante, evitando así la pérdida de temperatura.
- Barrera radiante: Detrás de las unidades de radiación situadas en el perímetro del edificio se instalaron más de 6.000 barreras reflectoras.
- Control de iluminación y enchufes inteligentes: De esta manera se reduzco la intensidad luminosa en los espacios de inquilinos con balastos regulables y fotosensores así como se implementaron sensores de presencia en los puesto de trabajo.
- Reforma de la planta térmica: Este punto implicó la sustitución de cuatro enfriadoras industriales así como mejoras en el control, variadores de frecuencia y bypass de circuito primario.
- Unidades de tratamiento de aire: Se reemplazaron las unidades de volumen constante por unidades de caudal variable con una nueva disposición de las mismas para conseguir mayor eficiencia.
- Actualización de los sistemas de control digital (DDC): A través de esta actualización se implementó y se llevó a la red el sistema de control de los sistemas energéticos.
- Control de ventilación a demanda: Instalación de sensores de CO2 para controlar el caudal de aire del exterior, ajustando la producción de frío a la demanda.
- Acceso a la gestión energética a los inquilinos: De esta manera las empresas con oficinas en la torre tienen control. sobre el consumo energético, tendencias, datos comparativos, así como recomendaciones para mejorar su sostenibilidad.
Estas medidas han permitido al Empire State Building convertirse en todo un modelo a seguir, al tratarse de un modelo replicable a la mayor parte de los rascacielos de Nueva York. Y es que el tamaño o la antigüedad no tienen que estar reñidas con la eficiencia energética si se toman las medidas necesarias.