La recuperación de la capa de ozono: cuando la colaboración medioambiental funciona

13/10/2017

Demos Vida

En las noticias que nos llegan sobre el medioambiente a veces puede parecer que todo es negativo. Que los problemas no tienen solución. Que nuestros esfuerzos poco pueden cambiar las cosas.

Pero no es así, lo cierto es que la colaboración de todos contra los problemas medioambientales sí que tiene resultados y quizá el mejor ejemplo es la capa de ozono.

 

 

Hace 30 años, la geóloga Susan Solomon alertó que la combinación de cloro, insolación y la baja temperatura afectaba gravemente a la capa de Ozono. Se descubrió en los años 50 pero su gravedad se confirmó en los años 80, con el Protocolo de Montreal.

La mayor amenaza

Por aquella época, el agujero de la capa de Ozono suponía la mayor amenaza a la estabilidad de la tierra provocada por el hombre. Pero, de la misma manera que se creó de manera no intencionada, la humanidad se unió para reducir sus acciones y controlar el problema.

Hoy comienza a cerrarse, pero no ha sido sin esfuerzo. La mezcla química de cloro que se producía en las nubes polares estratosféricas era letal para la capa. Este componente era debido a la ingente cantidad de compuestos orgánicos clorados (clorofluorocarbonos, CFC) que se usaban en la limpieza en seco, la refrigeración y los aerosoles como desodorantes y lacas. Por estos motivos, en el año 2000 el agujero alcanzo su mayor tamaño, ocupando una superficie total de 25 millones de kilómetros cuadrados. Esta catástrofe medioambiental afecta a todas las latitudes, pero de manera especial a la Antártida.

Uniendo fuerzas en Montreal

La pérdida de esta capa es perjudicial para la salud, pues la desaparición del gas que actúa como protección natural a la radiación ultravioleta, causa cáncer de piel y daños en el sistema inmune. Ante este problema, los países unieron sus fuerzas en Montreal (Canadá) para crear un protocolo que redujera el avance del agujero. Las Naciones Unidas estiman que este plan de actuación prevendrá dos millones de casos de cáncer de piel.

Una de las principales medidas del Protocolo de Montreal fue la eliminación de todos los clorofluorocarbonos que alimentaban el proceso. Sin embargo, también existen factores que se escapan a estas medidas, como por ejemplo las catástrofes medioambientales como los volcanes, cuyas partículas son malignas la recuperación de la capa. Tras alcanzar su máximo tamaño su nivel se mantuvo durante 3 años, hasta el 2003 cuando aumentó de nuevo. La tendencia fue positiva desde la entrada del nuevo milenio hasta el 2015, cuando el volcán chileno Calbuco entró en erupción.

El tamaño de hoy en día del agujero de la capa de Ozono se ha reducido en 4 millones de kilómetros cuadrados, lo que equivale a la Unión Europea sin las islas británicas; y se tiene por seguro que la reducción del vertido de cloro a la estratosfera terminará por cerrar el agujero. Aunque no lo hará por completo hasta mediados de siglo, se espera que las medidas adoptadas cierren el círculo 50 años después.

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